El arte de la guerra para grandes empresas

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Dentro de las grandes empresas existen dos puntos muy importantes para la planeación de sus estrategias, uno es contar con un Análisis de Competitividad que demuestre cuales son las principales diferencias de los productos similares que se encuentran dentro del mercado y el segundo es desarrollar una oportuna Evaluación de Riesgos que nos permita conocer el grado de conveniencia que podría traer a la compañía adquirir un nuevo mercado que quizás ya pertenezca a la competencia.

Sun Tzu escribió en su libro El Arte de la Guerra que lo más importante es conocer al enemigo, aprender a pensar como él y anticiparse a sus acciones antes de que las realice, en sus palabras: “Quién conoce a su enemigo tiene la mitad de la batalla ganada”.

Cuando se busca conquistar nuevos mercados y ya se conoce al rival con el que tendrá que librarse la feroz batalla, lo primordial es no sólo conocerlo superficialmente, se debe profundizar tanto como sea posible en sus tácticas de guerra para poder anticipar sus movimientos, es decir, realizar un exhaustivo Análisis de Competitividad. Aquellas compañías que sean pioneras dentro de un sector y se establezcan como los favoritos del consumidor expandirán su territorio con mayor facilidad frente aquellas que lleguen en segundo lugar.

Un imperio o bien un emporio victorioso suele repetir sus acciones o varía levemente el rumbo de su operación, una vez probada la fórmula del éxito está no se abandonará, ya sea una buena campaña publicitaria tradicional, el uso de medios digitales, la búsqueda de financiamiento para empresas, etc. Por ello en una Evaluación de Riesgo se debe predecir el rumbo de su oponente o mejor dicho competidor y actuar con premeditación, alevosía y ventaja. Si la competencia planea introducir un nuevo producto al mercado con inversiones multimillonarias, lo mejor sería anticiparse, recordemos que el consumidor da preferencia a los número uno. Regresando a Sun Tzu, al poseer ventaja moral en el campo de batalla disminuirá la fuerza con la que ataque su rival.

Finalmente su compañía deberá estar segura del tiempo para la batalla, habrá que predecir cuales son los mejores momentos para atacar, es decir, comercializar el producto o servicio a ofertar o bien cuando es mejor ahorrar recursos. El oponente que ataque con mayor fuerza en el momento oportuno tendrá mejores resultados.

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